Como una gota de humo
te busco en los espejos
y en los huecos incontables de esta frazada curva.
Se me van los días persiguiendo tu huella
ora concreta, ora etérea,
soy mi luz y mi penumbra.
Los astronomos ciegos
ermitaños del Parnaso
sonríen, esperan, descifran.
Los cielos bullen y giran,
quizás intuyen apenas
que un positrón sueña en su ocaso.
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